Porque el empresario deja de invertir recursos -tiempo y dinero- en la gestión de aquellos aspectos que, siendo de obligado cumplimiento, no inciden directamente en su actividad empresarial y para los que no tiene preparación específica.
Porque un equipo de técnicos se encarga de estudiar cada uno de los aspectos técnicos de modo que se elija la opción más favorable para las diferentes empresas, asegurando su cumplimiento de la forma más eficaz y óptima para el empresario.
Porque frente al empresario sólo hay un interlocutor que se encarga de toda la gestión de entidades, profesionales y técnicos que intervienen en las inspecciones reglamentarias, mantenimiento de sistemas, evaluaciones de prevención, etc.
Porque el coste conjunto se reduce al unificar las diferentes sinergias.
Porque siempre se contará con entidades de primer orden nacional o internacional.
Porque se adecuarán las necesidades del empresario a una especie de “tarifa plana” que defina cual es el pago anual en una sola cantidad, de forma clara y sin sorpresas.
Porque se realiza un control activo de las actividades anuales que garantizara el cumplimiento de los requisitos normativos y reglamentarios.